CRIMEN Y LUJURIA (Lust, caution/ Se, jie) (USA, China, Taiwán, Hong Kong/2007)
Intérpretes: Tony Leung Chiu Wai, Wei Tang, Joan Chen y elenco
Música: Alexandre Desplat
Dirección: Ang Lee
Distribuidora: Distribution Company Argentina S.A. – Duración: 157 minutos – Apta para mayores de 18 años
Calificación: MUY BUENA
El cineasta taiwanés Ang Lee, atrajo la atención mundial, por primera vez, al conquistar el premio de la Academia de Hollywood con “El tigre y el dragón”, en el rubro mejor película extranjera. Adoptado por occidente, conmovió a las plateas del mundo con “Sensatez y sentimiento”, trabajó por encargo en una promocionada versión de “Hulk” y volvió a trasladar su sensibilidad refinada a las imágenes con las que retrató el mundo rural americano en “Secreto en la montaña”, film por el que obtuvo el Oscar como mejor director. Ahora regresa con un thriller de espionaje pleno de erotismo, con el que conquistó el León de Oro en Venecia, basado en un cuento de la escritora china Eileen Chang, situado en el oriente de 1938.
La historia está focalizada en Wong (Wei Tang), una tímida estudiante universitaria cuyo padre escapa de la efervescencia revolucionaria, rumbo a Inglaterra, en busca de horizontes más tranquilos. La muchacha se une, a instancias de Kuang (Lee-Hom Wang), un compañero de estudios, al grupo teatral amateur que escenifica obras pequeñas con el afán de exaltar el patriotismo del pueblo. Con lentitud, la trama avanza hasta que el conjunto revela sus intenciones verdaderas y la joven descubre que su misión es trabar amistad con la refinada esposa del señor Yee (Tony Leung), un ambiguo funcionario, para posteriormente intentar conquistarlo y asesinarlo.
Años más tarde, y tras el fracaso del primer intento de homicidio, la muchacha emigra a Hong Kong, en donde se reencuentra con la célula extremista y vuelve a inmiscuirse en la vida del burócrata, hasta caer en una relación inesperadamente dependiente. Lo que no puede prever es que el juego de seducción casi perverso que la invade, terminará llevándola a una sumisión cercana al arrebato. A pesar de la dilatada duración del filme, nada es trivial y, -parafraseando a la escritora argentina Victoria Ocampo- desde las cumbres de la pasión, la muchacha vislumbrará el abismo de la muerte.
Lee, apoyado por rubros técnicos impecables – entre los que se destaca la fotografía magnífica de Rodrigo Prieto - somete a sus actores a minuciosas escenas en las que cada gesto, por mínimo que parezca, aporta fragmentos en la definición de la psicología de los personajes.
Cuenta a su favor con un protagonista de lujo, a quien tuvimos ocasión de admirar en “Con animo de amar”, la recordada película de Wong Kar-Wai, por la que ganó la Palma de Oro al mejor actor en Cannes. También de coprotagonistas insinuantes como la debutante Wei Tang -una presencia sugerente, con magnetismo, que el cine internacional debe tomar en cuenta-, y Joan Chen, quien encarna a la esposa impasible que intuye el engaño.