26 de junio de 2007

HOLLYWOOD EN SAN TELMO - El engaño fascinante

Musical
Hollywood en San Telmo
de y por Frankie Kein y Manuel Arte,
con Guillermo Gil como invitado.

Prensa Duche-Zarate.
Teatro Margarita Xirgu. Temporada 2007
Muy bueno

El trompe l'œil, o trampantojo, es una expresión francesa que designa a una técnica pictórica que juega con la perspectiva y otros efectos ópticos para engañar al ojo. Suelen ser pinturas murales creadas deliberadamente para ofrecer una perspectiva falsa aunque también existen en la arquitectura, como lo demuestra uno de sus ejemplos más conocidos, la Scala Regia en el Vaticano, obra de Gianluca Bernini, donde la variación en la altura de las columnas hace parecer más profunda a la escalera.

Todo espectáculo que basa su atracción principal en el transformismo masculino, parte de una recreación de este arte, aplicado al teatro. En definitiva, sabemos que vamos a ver hombres dando la ilusión de ser divas consagradas, o convertidas en mito, por su popularidad, pero somos cómplices del supuesto engaño, de entrada. Mejor será el show cuanto más logrado sea el artificio.

Uno de los dúos más sobresalientes en la recreación de éste ardid está integrado por Frankie Kein y Manuel Arte, quienes junto a la participación del divertido y vernáculo Guillermo Gil y un ensamble coreográfico se presentan en la centenaria sala del teatro Margarita Xirgu con “Hollywood en San Telmo”.

Obvio que el desfile de luminarias incluye desde Gipsy Rose Lee, Marilyn Monroe y Julie Andrews, a cargo de Kein, pasando por Jane Russell, Sara Montiel y Marlene Dietrich, en la piel de Arte, hasta las locales Tita Merello, Mirtha Legrand y una desopilante folclorista encarnadas por Gil. Cada una de ellas, a su turno, aparece enfundada en un vestuario lujoso, detallista y colorido que recrea con increíble capacidad a las originales.

La sorpresa hipnótica llega con la segunda parte del show, casi una revista musical aparte, cuando Kein invoca a Liza Minelli. Es tal el grado de rigor con el que realiza cada movimiento coreográfico, mohín o gesto de las cejas, que parece que la mismísima hija de Judy Garland estuviera sobre el escenario. Los cuadros de “New York, New York”, “Arthur in the afternoon” junto a un bailarín solista, “Cabaret” y “Money, Money” con Manuel Arte son los mejores ejemplos de lo antedicho.

Kein es, sobre el final, el único artista que en la historia del transformismo revoluciona la escena cuando hace caer la máscara y muestra, ya sin peluca, vestido ni afeites, que es un hombre sencillo y de aspecto angelical, que acaba de brindar un timo perfecto.

El público y por supuesto éste cronista, mas que agradecidos.

Jorge Montiel