Diana Szeinblum
En primera persona:
Cuando tenía 15 años, en 1980, por primera vez, vi actuar la Compañía de danza-teatro Wuppertal, dirigida por la mundialmente famosa coreógrafa alemana Pina Bauch, en la inmensa sala Martín Coronado del Teatro San Martín de Buenos Aires. Estudiaba danza desde muy chica, así que por entonces tenia clarísima mi vocación, pero descubrir las obras de esa artista extraordinaria, como “Caffe Muller” y “La Consagración de la Primavera”, me hicieron entender, con mucha emoción, cual iba a ser el rumbo definitivo de mi temprana decisión.
Así fue como los años subsiguientes estudié teatro, me junte con gente que también sentía afinidad por la danza teatro, y por supuesto, vi todo documental que existía de Pina, y también de la danza alemana en general.
En 1989 haciendo una opera con regie de Rubén Szchuchmacher, en el auditorio del Instituto Goethe porteño, la directora de la entidad, en aquel momento, me ofreció una beca para ir a estudiar a…. ¡la escuela de Pina Bauch, la Folkwang Tanz Schule, en Alemania!. Aunque suene a lugar común, en verdad, era un sueño hecho realidad. De modo que en 1990, sin saber alemán, con una gran avidez por aprender, me encontré en ese tan intrincado país.
La escuela abarcaba una formación en danza, teatro, música y pantomima, y estaba llena de gente joven proveniente de todas partes del mundo. El pueblito donde se situada, Essen Werdden, era tan pequeño como bonito. No poseía ni cines, ni shoppings, ni nada que pudiera distraer el único objetivo compartido de estudiar. Solamente un restaurante, llamado Amalfi, a la noche, era el punto de encuentro de los alumnos y profesores para tomar café, fumar y charlar.
Dada las circunstancias me aboque de forma obsesiva al estudio, que constaba de tres clases diarias, desde las 9.00 hs hasta las 17.00 hs. Luego, el alumno que lo deseara, podía ensayar su propia coreografía para mostrarla a fin de año, en el "schule abend" (muestra). Siendo nueva y no conociendo mucho a la gente, me puse a crear una obra destinada a un solo intérprete, yo misma, inspirado en “Alicia en el país de las maravillas”. Durante un año, trabaje arduamente, muy sola, sumamente concentrada y casi ensimismada en esa única labor.
Lo titulé "Alice falls (Alicia cae)”, y cuando llego el ansiado día de la muestra, por suerte, me fue muy bien, con el gran detalle que, entre el publico, estaba Malou Airado, profesora de la folkwang, muy amiga de Pina. Malou, aparte de ser una extraordinaria bailarina, era y es, una persona exagerada, exuberante e increíble. A los gritos me abrazaba y decía, “¡esto lo tiene que ver Pina!, ¡esto lo tiene que ver Pina!”.
Así es como una semana mas tarde llegaba, con mi bolsito, al famoso cine abandonado de Wuppertal, que reciclado, servia a Pina para hacer sus ensayos, y que yo tanto conocía a través de muchos documentales. Para mi sorpresa, fui recibida por Bausch en persona, acompañada de Malou, que generosamente estaba allí para presentarnos.
Con todos los nervios del mundo, y paradójicamente, mas sola que nunca, baile “Alicia cae”, mi coreografía, frente a los maravillosos ojos de la coreógrafa y artista que había aprendido a admirar sin reservas desde mi adolescencia. Gracias a esto, luego, tuve el privilegio de trabajar junto a Pina y toda su gente.
Diana Szeinblum
Coreógrafa y maestra de danza
Cuando tenía 15 años, en 1980, por primera vez, vi actuar la Compañía de danza-teatro Wuppertal, dirigida por la mundialmente famosa coreógrafa alemana Pina Bauch, en la inmensa sala Martín Coronado del Teatro San Martín de Buenos Aires. Estudiaba danza desde muy chica, así que por entonces tenia clarísima mi vocación, pero descubrir las obras de esa artista extraordinaria, como “Caffe Muller” y “La Consagración de la Primavera”, me hicieron entender, con mucha emoción, cual iba a ser el rumbo definitivo de mi temprana decisión.
Así fue como los años subsiguientes estudié teatro, me junte con gente que también sentía afinidad por la danza teatro, y por supuesto, vi todo documental que existía de Pina, y también de la danza alemana en general.
En 1989 haciendo una opera con regie de Rubén Szchuchmacher, en el auditorio del Instituto Goethe porteño, la directora de la entidad, en aquel momento, me ofreció una beca para ir a estudiar a…. ¡la escuela de Pina Bauch, la Folkwang Tanz Schule, en Alemania!. Aunque suene a lugar común, en verdad, era un sueño hecho realidad. De modo que en 1990, sin saber alemán, con una gran avidez por aprender, me encontré en ese tan intrincado país.
La escuela abarcaba una formación en danza, teatro, música y pantomima, y estaba llena de gente joven proveniente de todas partes del mundo. El pueblito donde se situada, Essen Werdden, era tan pequeño como bonito. No poseía ni cines, ni shoppings, ni nada que pudiera distraer el único objetivo compartido de estudiar. Solamente un restaurante, llamado Amalfi, a la noche, era el punto de encuentro de los alumnos y profesores para tomar café, fumar y charlar.
Dada las circunstancias me aboque de forma obsesiva al estudio, que constaba de tres clases diarias, desde las 9.00 hs hasta las 17.00 hs. Luego, el alumno que lo deseara, podía ensayar su propia coreografía para mostrarla a fin de año, en el "schule abend" (muestra). Siendo nueva y no conociendo mucho a la gente, me puse a crear una obra destinada a un solo intérprete, yo misma, inspirado en “Alicia en el país de las maravillas”. Durante un año, trabaje arduamente, muy sola, sumamente concentrada y casi ensimismada en esa única labor.
Lo titulé "Alice falls (Alicia cae)”, y cuando llego el ansiado día de la muestra, por suerte, me fue muy bien, con el gran detalle que, entre el publico, estaba Malou Airado, profesora de la folkwang, muy amiga de Pina. Malou, aparte de ser una extraordinaria bailarina, era y es, una persona exagerada, exuberante e increíble. A los gritos me abrazaba y decía, “¡esto lo tiene que ver Pina!, ¡esto lo tiene que ver Pina!”.
Así es como una semana mas tarde llegaba, con mi bolsito, al famoso cine abandonado de Wuppertal, que reciclado, servia a Pina para hacer sus ensayos, y que yo tanto conocía a través de muchos documentales. Para mi sorpresa, fui recibida por Bausch en persona, acompañada de Malou, que generosamente estaba allí para presentarnos.
Con todos los nervios del mundo, y paradójicamente, mas sola que nunca, baile “Alicia cae”, mi coreografía, frente a los maravillosos ojos de la coreógrafa y artista que había aprendido a admirar sin reservas desde mi adolescencia. Gracias a esto, luego, tuve el privilegio de trabajar junto a Pina y toda su gente.
Diana Szeinblum
Coreógrafa y maestra de danza
E-mail: sym@datafull.com