9 de octubre de 2008

HELLBOY II – EL EJERCITO DORADO - Acción y humor de alto vuelo


Foto: UIP


HELLBOY II – EL EJERCITO DORADO (Hellboy II – The golden army) (USA/2008)
Intérpretes: Ron Perlman, Selma Blair, Doug Jones, Jeffrey Tambor, Luke Gross, Anna Walton, John Hurt y elenco
Música: Danny Elfman
Dirección: Guillermo Del Toro
Distribuidora: UIP – Duración: 120 minutos – Apta para mayores de 13 años
Calificación: MUY BUENA

Siempre es riesgoso trasladar personajes del comic al cine, salvo cuando la tarea queda en manos de directores tan imaginativos como Guillermo del Toro. El mejicano, todo un especialista en la tarea de mezclar el mundo imaginario con el real, tiene entre sus antecedentes más recientes a “El laberinto del fauno”, tal vez la más lograda y creativa visión de la guerra civil española que se haya visto en las últimas décadas. En “Hellboy II – El ejército dorado” retoma las andanzas del rojizo titán de cola puntiaguda y cuernos limados para brindar una nueva muestra de su inagotable fantasía. La diestra mano detrás de cámara está apuntalada por un guión plagado de humor –fruto de su colaboración con el creador original del monstruo, Mike Mignola- y generoso en situaciones donde la acción es protagonista excluyente.
Un villano, el albino príncipe Nuada (inquietante y misterioso Luke Goss), heredero de un mundo atestado de seres sobrenaturales, paralelo al de los humanos; busca romper una tregua de milenios y pretende restaurar el caos, valiéndose del mortífero ejército dorado que da título al film. Sólo Hellboy y sus compañeros del Departamento de Investigaciones Paranormales podrán detenerlo. La tarea no es sencilla, pero permite disfrutar de dos horas de aventuras en las que la inventiva visual de Del Toro entretiene a gran escala.
El protagonista padece miedos, contradicciones, infortunios de amor con su amada y llameante Liz (una sugerente Selma Blair), las órdenes de un extraño jefe con escafandra -pero sin rostro- y bebe hectolitros de cerveza Tecate. Siempre secundado por su camarada de desventuras, el anfibio Abraham Sapiens (dúctil Doug Jones). Y si bien lleva el peso de la salvación de la raza humana, jamás pierde oportunidad para expresar su espíritu juguetón.
Puede argumentarse que alguna secuencia recree el mundo de “StarWars” –especialmente la que transcurre en el mercado que los troll ocultan bajo el puente de Brooklyn- o que las leyendas nórdicas de “El señor de los anillos” aparecen reflejadas en la ecológica aparición del monstruo vegetal. Sin embargo, nada menoscaba el trabajo de Del Toro y sus colaboradores: la vital fotografía de Guillermo Navarro y el extraordinario diseño de producción de Stephen Scott. Claro, nada sería lo mismo sin la notable interpretación del estupendo Ron Perlman (“La guerra del fuego”, “El nombre de la rosa”), un actor que creció hasta transformarse en este ahora imprescindible superhéroe de carne y hueso.