2° Festival Internacional San Luis Cine
Atractivo grupo de cortometrajes
“Pueblo dividido” es un claro ejemplo de cómo a través de pequeñas pinceladas de humor e imaginación se puede reflejar la realidad de manera metafórica. Dirigido por Mariano Jesús Hueter, viene de obtener una mención en 5° edición del Festival Iberoamericano de Cortos “Imágenes Jóvenes en la Diversidad Cultural”. La insólita acción transcurre en un lugar dividido por quienes viven en el Este y los que lo hacen en el Oeste. Está terminantemente prohibido cruzar esa línea divisoria y existe un Comité de Regulación para sancionar los casos de traspaso. El conflicto surge cuando Juan, el protagonista, se enamora de una muchacha que no pertenece a su lado.
“La desgracia llega en sobres de papel madera” de Andy Feldman cuenta la historia de Hernán, un niño que, para desgracia de su madre, no puede evitar hacer alguna mueca cuando le sacan fotografías. Más allá de la actuación un tanto crispada de la protagonista femenina, hay un director que promete y logra un ritmo sostenido. Para destacar: la dirección de arte que recrea el paso de la década del setenta hasta el presente.
“Humanos con patatas” tiene como protagonista a Damián, un hombre que recibe en herencia la carnicería que perteneció a su padre. Su vida da un vuelco inesperado cuando Sara, su vecina, le extiende una extraña invitación a cenar. Los hermanos asturianos Francisco y Javier González Prada rinden culto al “gore” más extremo con un crescendo terrorífico que por momentos resulta inquietante de observar, pero que los posiciona como desconcertantes realizadores a tener en cuenta.
El corto brasileño “Bien vigilado” con guión y dirección de Santiago Dellape, utiliza cámara en mano, ritmo vertiginoso y actores muy creíbles para contar en catorce minutos la historia de Bira y Josiane. Un muchacho de la calle que cuida autos y una chica que vende caramelos cuando los vehículos se detienen en el semáforo. Ambos se quieren y protegen mutuamente, pero están a merced de una sociedad que sacrifica a sus jóvenes. La realidad de una gran urbe del país carioca -por momentos recuerda a la genial “Pixote” de Héctor Babenco- es un espejo para observar lo que también sucede en otras ciudades latinoamericanas.
Charla con el director Andrzej Krakowski
Andrzej Krakowski
Entrevistamos al director Andrzej Krakowski de manera informal, mientras disfruta de un té y se presta a una charla cálida e inteligente. Reproducimos algunos fragmentos:
- ¿Conoce el cine argentino?
- Vivo en Estados Unidos, donde hay pocos films que llegan del exterior. La audiencia americana no lee y tiene problemas con las películas subtituladas. Recuerdo que el último film de Argentina que vi es “9 reinas” de Fabián Bielinsky; una verdadera obra de arte, una película maravillosa. Desearía poder ver mucho más. Creo que hay cierta magia en algunas cinematografías cuyos films no llegan a estrenarse. Estamos ávidos de verlos, pero la mentalidad del país impide que se proyecten.
- ¿Hay un mensaje en su película “Buscando a Palladin”?
- Quise mostrar a dos generaciones y dos culturas diferentes, la americana y la latina. Por eso filmé en Guatemala, en la ciudad de Antigua. Allí viaja el personaje norteamericano más joven y debe lidiar con otra forma de vida. Joshua, el protagonista (David Moscow) cree que la generación de sus padres lo arruinó todo. Que fueron narcisistas y egocéntricos.
- ¿Se sintió cómodo dirigiendo a Ben Gazzara?
- Fue un sueño hecho realidad. Lo conocí en los setenta a través de John Cassavetes y siempre mantuvimos el contacto pensando que alguna vez podríamos trabajar juntos. Es un actor consumado, con un sentido del humor muy sarcástico. Cuando le pregunté: “¿Cuál es su método de interpretación?" Con un ladrido y esa voz áspera su respuesta fue: “Método”. Me ayudó mucho a congeniar el elenco porque había gente que nunca había hecho cine, venía del mundo del teatro, ya que no existe una escuela de actuación para cine. Fue como el padrino de todos y para mi es una leyenda viviente.
- Ademas de las que lo obligan su función de jurado, lo he visto en muchas proyecciones fuera de competencia del Festival. ¿Qué le parece lo que pudo ver hasta ahora?
- Me resulta sorprendente el interés del público y la selección de los filmes. En particular aliento mucho este tipo de movimientos porque son los que producen los grandes cambios que estamos necesitando. Hoy en día, lo que se conoce como la “nueva industria de Hollywood”, incluye dinosaurios, grandes efectos especiales y persecuciones sin sustancia. Nuestra generación necesita algo más. Buscamos reflexionar y por eso nos llama la atención toda la producción que llega de países remotos. Aquí pueden verse films muy originales de filmografías casi desconocidas.
- ¿Futuros proyectos?
- Acabo de terminar el rodaje de una serie dramática de diez episodios, producida por la Alcaldía de New York. Son fondos públicos aplicados a la cultura y rescatan la historia de los inmigrantes. También estoy en conversaciones para seguir filmando en Latinoamérica, específicamente en la ciudad de Cartagena, en Colombia.
- ¿Y en Argentina?
- ¿Por qué no? Me encantaría trabajar en este gran país.
Mini crítica de “Miguel y William”
Geraldine Chaplin en "Miguel y William"
El interés radicaba en ver lo último que filmó Geraldin Chaplin, esa gran presencia de la pantalla que siempre conmueve por sus interpretaciones. La película no es mala, pero defrauda bastante por ser casi una copia de la recordada “Shakespeare apasionado”, dirigida por John Madden y ganadora de numerosos Oscars. A tal punto que la estrella mencionada calca al personaje de la nodriza que en el film inglés era interpretado por la maravillosa Imelda Staunton. Dirigida por la joven Inés París, narra el encuentro imaginario entre Miguel de Cervantes y William Shakespeare, ambos enamorados de una joven española. En el elenco se destacan la participación de la argentina Malena Alterio –hija de Héctor- y el actor británico Will Kemp como el bardo, magníficamente ataviados por un vestuario que reproduce la época con fidelidad extrema.