5 de febrero de 2007

PASION BOHEMIA - Voces en Ciudad Konex


Musical
“Pasión Bohemia”.
Elenco: Guillermo Fernandez , Sandra Ballesteros , Marisol Otero , Sebastian Francini , Lorena Miranda , Omar Pini , Lorena Álvarez , Diego Romero , Maximiliano Accavallo
Prensa: Alejandro Veroutis, Diseño de Escenografía: Silvina Ovsejevich y Vanesa Abramovich, Diseno de Vestuario: Pablo Graciano y Ana Sellan, Diseño de Iluminación: Tito Romero, Libro y Letras: Patricio López Tobares, Dirección Musical y orquestaciones: Claudio Waissglus, Dirección Actoral: Gipsy Bonafina, Producción General y Dirección Coreográfica: Mariana Letamendia,
Música Original y Dirección General: Valeria Lynch
Ciudad Cultural Konex. Temporada 2007.
REGULAR

Si algo define a este musical es la indiscutida experiencia, talento y calidad de la responsable general y sus intérpretes principales. Aquí están las efectivas canciones de Valeria Lynch, el poderío vocal y visceral entrega de Guillermo Fernández, la rotunda sensualidad de Sandra Ballesteros, el divertido histrionismo de Omar Pini, la refinada delicadeza de Marisol Otero, la vulnerabilidad y ternura de Sebastián Francini, el compromiso de Maximiliano Accavallo y una verdadera revelación, Lorena Miranda, cuya brillante actuación parece desmentir el hecho que sea debutante.

Los cantantes-actores, exhiben de modo inmejorable sus reconocidas condiciones vocales y se esfuerzan por darle carnadura a las distintas criaturas que se elige mostrar entre los habitúes de lo que fue el celebre Moulin Rouge parisino de fines del Siglo XIX.

¿Por qué entonces una calificación regular? En parte, la respuesta deriva de una suma de errores que en conjunto no permiten que esta sólida base enunciada sostenga el andamiaje general para un espectáculo ambicioso.

La elección de la Ciudad Konex, espacio más que interesante, felizmente rescatado para Buenos Aires y las artes por la Fundación homónima, no es adecuada. Resulta ingrato ver como los vastos y despojados ambientes de lo que fue una fabrica de aceites de principios del Siglo XX, se intenta convertir en un escenario a la italiana con telón corredizo.

Justamente, los rubros técnicos que deberían ser pilares en la puesta de un musical, se entorpecen unos con otros en desmedro de la factura estética: la pobre y poco imaginativa escenografía, estrangula el espacio; el vestuario acumula vestidos y trajes en un rejunte sin criterio cromático ni histórico; la coreografía, limitada por los anteriores, no logra trasmitir lo que debía ser un derroche de voluptuosidad y desenfreno; finalmente, la iluminación, centrada arriba de la escena y no hacia ella, por muchos equipos, colores, seguidores y hasta maquina de humo que dispone, delinea zonas, pero jamás crea climas.

Pero todo esto, quizás podría obviarse, en un dudoso milagro, si el argumento narrado tuviera una fuerte síntesis y consistencia. En cambio, Patricio López Tobares, su autor, agrupa demasiados personajes y sus historias particulares son un tibio esbozo, algunas de las cuales caen sin razón en el olvido o tienen giros abruptos, y encima transforma a Toulouse Lautrec de protagonista en un rol secundario, lo que es un error inexcusable. Tampoco ayuda la confusa marcación actoral, que no pone freno a los desbordes ni da soporte a las interpretaciones. Se habla todo el tiempo de amor, pasión, arte y perfidia, pero nada de eso queda reflejado, y las acciones dramáticas son obvias y de trazo grueso.

En la carrera de todo artista hay logros y tropiezos, es deseable que Valeria Lynch tome con la inteligencia y humildad que la caracterizan, que su bien intencionada propuesta, hoy es uno de estos últimos, y vuelva pronto a incursionar en el género, cuya esencia musical demuestra dominar con creces.